Beber agua es imprescindible ya que nuestro cuerpo está compuesto de un 60% de agua y junto al oxigeno son elementos claves para la supervivencia. Es necesario beber agua para reemplazar los líquidos eliminados a través del sudor u orina que suele ser una cantidad de dos o dos litros y medio por día. También nos ayuda a mantener un buen nivel de oxigeno en sangre, así como un buen funcionamiento de las células y órganos. Hay que beber mucha agua todo el año pero en especial en los meses de más calor. 

Es por eso que hay que extremar la atención entre nuestros mayores, y recordarles su importancia ya que una mala hidratación puede acarrear consecuencias muy graves provocando en algunos casos la muerte. Algunos síntomas que alertan de que el cuerpo esta deshidratado son: confusión, falta de orientación, problemas al andar entre otros. Asimismo, este grupo de la población ha perdido o tiene menor capacidad para darse cuenta de que tienen sed por eso, los continuos recordatorios en los medios publicitarios fomentando tal práctica. 

¿Cómo podemos evitar la deshidratación? 

La ingesta de agua recomendada al día es de dos litros y medio en los hombres y dos litros en el caso de las mujeres y aumentar dicha cantidad si la persona está expuesta durante horas al sol. Aconsejamos que nuestros mayores no salgan a las horas donde la exposición del sol es mayor, recomendando los profesionales salir a partir de las 7 de la tarde en los meses de verano.
Durante estos meses la alimentación nos puede ayudar a evitar algunos de estos problemas. Tal y como afirman, sería conveniente aprovechar nuestra dieta mediterránea y aumentar la cantidad de frutas y verduras de temporada que en su mayoría tienen un aporte alto en agua. Como fruta encontramos la sandia y el melón siendo las grandes aliadas en verano (95% son agua)
Recuerda a tus mayores estos pequeños consejos para disfrutar esos días de calor de la mejor forma posible. Desde Residencia Azalea te lo recordamos.